El lugar común asegura que a los argentinos siempre les toca sufrir cuando de alentar a la Selección masculina de fútbol se trata. Esta vez el padecimiento pasa por otro costado. La Scaloneta se clasificó sin sobresaltos y el haber ganado la última Copa América la coloca entre los equipos aspirantes a coronarse campeón mundial. Por fin parece que a Lionel Messi le sobran los socios para esa empresa. Pero, cuando lo futbolístico luce bastante resuelto, aparece una coyuntura económica dramática que pone a Qatar aún más lejos de lo que geográfica y culturalmente está. Los fanáticos vivirán el más exótico de los Mundiales como una ilusión doméstica, a menos que dispongan de un alto poder adquisitivo.
La escasez de divisas y la pasión sin freno convierten en cuestión de Estado lo que en cualquier otro país sería un asunto irrelevante. Es lo que está pasando con los que pretenden viajar a Oriente Medio para presenciar los partidos. A comienzos de este mes la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) publicitó sus indagaciones sobre los ingresos declarados inconsistentes de 151 monotributistas que habían adquirido entradas para el torneo. A eso se suman las versiones relativas a la presión de los sectores importadores para que las reservas escuálidas del Banco Central no sean destinadas a costear los gastos turísticos de las hinchadas. Gabriela Cerutti, vocera de la Casa Rosada, admitió ayer que el uso de la divisa estadounidense para viajar al exterior hacía “la vida más placentera”, pero que ese destino estaba reñido “con aquello que necesitamos como sociedad a largo plazo”. Las señales indican que el Mundial servirá como pretexto para que el Gobierno encarezca aún más el llamado dólar turista. Habrá que liquidar el “blue”.
Álbum virtual del Mundial de Qatar 2022: cómo conseguir sobres extraLa demonización de la escapada catarí seguramente obligue a recalcular programas, en especial entre quienes especulaban con acceder a una cotización menor del dólar que la paralela a partir del financiamiento con las tarjetas de crédito. No son pocos los compatriotas que hicieron preparativos para volar hasta el Golfo Pérsico en función del resultado de la venta de entradas que informó la FIFA. La Argentina ocupa el puesto ocho de la tabla de nacionalidades de los compradores de los 2,4 millones de tickets liberados hasta agosto (aún falta la ronda de comercialización de septiembre), por delante de Brasil. El precio de los boletos oscila entre los U$S 250 y los U$S 5.850: $ 69.000 y $ 1,6 millón respectivamente según el tipo de cambio libre de la divisa.
En este clima anti-viaje a Qatar será interesante observar cómo se desenvuelve la relación fútbol y política que en el pasado llenaba los aviones de barrabravas y funcionarios públicos. Otro dato emanado de los organizadores de la Copa alimenta la curiosidad acerca de los viajeros. Ocurre que los argentinos están en el cuarto lugar entre los demandantes de “Hospitality”, un paquete de prestaciones de lujo que ofrece la oportunidad de vivir el Mundial con la opulencia que caracteriza a las naciones petroleras árabes. La versión más sofisticada de la línea, el producto “Amazing Series”, brinda acceso a los partidos con mayor demanda (incluidos el inaugural y el final) en las suites exclusivas de los estadios Lusail y Al Bayt, con ingresos directos; una cena de cinco pasos; una selección premium de bebidas alcohólicas; estacionamiento preferencial y un regalo conmemorativo. Este “no va más del VIP”, que podía costar hasta U$S 260.000 ($ 71,6 millones) por cabeza, se agotó casi instantáneamente.
Figuritas “blue”
“Si no podés ir a Qatar, hacé catarsis”, dice la campaña publicitaria de una tienda de electrodomésticos que pretende hacer virtud de la necesidad y aprovechar la coyuntura para vender televisores. Ese sector proyecta comercializar más de tres millones de aparatos, el doble de las operaciones concretadas durante el año pasado. Expectativas iguales o superiores en el Mundial de cabotaje albergan muchos otros actores. Y el avance de la cuenta regresiva ratifica que el entusiasmo por la Selección es más poderoso que la inflación del 78,5% anual y la incertidumbre acerca del futuro. Casi pareciera que la pelota es el único alivio que le queda a una sociedad que saltó de la angustia de la pandemia a la de la crisis.
Tiene 75 años y se gasta el dinero de la jubilación en figuritas del álbum del Mundial“En agosto se vendieron más de 10.000 productos relacionados con la Selección argentina y el fútbol, el 164% más que en el mes anterior. El ticket promedio de las compras es de $10.819”, informó esta semana Tiendanube, la plataforma de comercio electrónico líder en Latinoamérica con más de 45.000 tiendas en el país. Entre los productos más elegidos por los consumidores se destacan las camisetas de la Selección; remeras, camperas y buzos con los colores de la bandera; los mates con diseños alusivos; las figuritas y álbumes del Mundial, y los materiales de cotillón (gorros, silbatos, banderines, etcétera).
El sentimiento nacionalista y las costumbres argentinas proveen buenas oportunidades de negocio. “Al principio notamos que cuando la Selección argentina jugaba por las eliminatorias o partidos amistosos, aumentaba la venta del ‘mate de Messi’. Y ahora, cuando falta poco para el inicio del Mundial de Qatar 2022, cada vez más gente se interesa, consulta y compra desde la comodidad de su casa”, refiere Lucas Muñoz, creador y dueño de La Matera del Rey, en el parte de Tiendanube. Aquella marca, que dispone de una serie mundialista, se dio a conocer masivamente tras conseguir una foto de su mate con el capitán rosarino que causó sensación en las redes sociales.
Pero nada se equipara a la locura colectiva que disparó la venta del álbum oficial de figuritas que edita la empresa italiana Panini. El producto se agotó horas después de su aparición en los kioscos. Fue algo inédito, según los revendedores, y reveló la vigencia del clásico de papel con el que chicos y grandes juegan a ser coleccionistas durante los Mundiales.
La alegría retro que vende Panini está, sin embargo, amenazada por la disponibilidad de las imágenes (vienen cinco por un paquete que cuesta $ 150). Tanto es así que la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) dejó su denuncia de “monopolio” a la Casa Rosada. “No se puede creer que llegamos a la especulación financiera hasta en las figuritas. No vamos a comprar en el mercado paralelo a cualquier precio”, reprochó el dirigente de UKRA, Néstor Palacios, ante la prensa porteña. Es otro motivo de sufrimiento y de ansiedad para la masa de seguidores obligada a contentarse con asistir al Mundial de manera remota si se considera que diferentes estudios de estadísticas difundidos en las últimas semanas indican que hace falta comprar casi 1.000 paquetes -y gastar por lo menos $ 145.000- para completar los 639 espacios que contiene el álbum de Qatar.